PARTICIPACIONES

He decidido adherir a la publicación de algunos de mis escritos en la página: www.tuloescribes.com.ar






Allí lo hago bajo el seudónimo: ODERFLA.



Agradeceré sus comentarios.


Después de mucho tiempo, vuelvo a publicar en el Blog. espero comentarios, opiniones, críticas, etc.




martes, 9 de abril de 2019

CALLA


CALLA

Calla si te duele,
calla si lo sufres,
pero más calla si con tu silencio
mitigas de otro el dolor.
Calla ante la duda que trae el rumor,
calla ante la certeza cruel de la traición.
Calla la lisonja que mata la ilusión,
pero más calla si te duelen
las penas de un amor.

lunes, 8 de abril de 2019


ENCUENTRO DE TIEMPOS

El hombre se había dormido luego de una larga y monótona jornada igual y distinta a todas las anteriores.
Ya conocía el lugar: era el mismo banco en la misma plaza y bajo el mismo árbol que tantas veces lo cobijó…
Su bolso, ya con muchas noches como esa, le servia de almohada y a la vez así, cuidaba sus pocas pertenencias ya que eso era todo lo que tenía…
Una manta que alguien le había regalado hacia ya tiempo lo cubría de la intemperie y a la vez, como muchos como el, le permitía gardar su intimidad o su identidad a los ojos de muchos que pasan a su lado y lo miran casi como si fuera un objeto más en el paisaje urbano… también él tapa su cabeza y su cara…
No es vergüenza… es un signo de dignidad y pudor: a nadie le gusta exponer sus miserias…
Así dormido no advirtió ese viento que hizo volar su manta, que por un momento quedó a su lado en el piso.
Se despertó y fue grande su sorpresa vio que a su lado a una joven que lo miraba. Hola le dijo. ¿Que haces aquí?
_Espero… sólo espero y busco…, le dijo ella.
_Esperas… ¿algo en especial?
_Aun no lo se… espero mi tiempo. Fue su respuesta…
El hombre la miro mas detenidamente y advirtió que se trataba de una mujer muy joven, menos de 20 años de edad le pareció, pero más le llamo la atención su vestimenta: unos jeans muy ajustados al cuerpo en la cintura y parte alta de las piernas y que se ampliaba hacia los pies en una ancha bocamanga, la cual cubría ligeramente sus pies calzados con unos zapatos de tela de jeans azul con una alta plataforma alta, revestida de corcho. Una camisa se dejaba entrever bajo un largo abrigo tejido. Unos lentes como para sol con armazón metálico y de forma redonda.
Su cabello largo y apenas atado con un pañuelo de colores vivos y un bolso pequeño, tejido y con correa larga lo llevaba como en bandolera.
_Como para seguir la conversación, el hombre le preguntó: ¿Cómo te llamas?
_Nadia… le respondió.
_¿Nadia cuanto?
_Sólo Nadia… ¿y TÚ?
_Don Eidan…
_Oh… Extraño… casi como un espejo: Nadia… Eidan.
_Así es, dijo el hombre… No se ya cual fue mi nombre y pronto alguien empezó a decirme: nadie… nadie… y de repetirlo y volver a decirlo quedó este… Don Eidan… ¿Me explico?
_Si… algo así me pasa también a mi… busco y espero… y cambiando el tema dijo: _Esta mañana estaba mas frío y tu manta había caído al piso, me atreví a taparte de nuevo… aun no había salido el sol…
_¿Desde esa hora estas aquí?
_¿Que es la hora… que es el tiempo? Dijo Nadia.
No supo el hombre que responderle… Su propia vida había perdido hacia no sabia cuanto, ese sentido...  Nadia le dijo _Ya vengo… algo tengo  que hacer… y se retiró.
Don Eidan se quedó un rato sentado en el banco… acomodaba su bolso y su manta cuando advirtió que algo mas había en el banco: un pequeño bolso tejido con una larga correa que caía del banco. Al instante supo que era el de Nadia. Miro en todas direcciones y solo vio mas lejos al diariero… pero nada de ella…
Esperó un largo rato, mirando siempre si el bolso estaba alli y luego buscando. Buscando a su dueña y esperando…
Pasado el tiempo decide ver el bolso a ver si algo de alli le decia más sobre su dueña. Lo abrió y solo encontró dos objetos o mejor dos papeles amarillentos, recortes de periódico. Uno tenia una foto de un grupo de jóvenes a cuyo pie se leia: fiesta en  el parque, promoción 1970… la otra, un recorte también de periódico rasgado. Un obituario en el que se alcanzaba a leer: 12 diciembre 1970 - Nadia… (no se leía más en el rasgado papel)   


CLAMOR

Me cansé de llorar
la sombra de su ausencia
cuando solo, buscando su presencia,
vagué por calles sin rumbo.

Me cansé de soñar
un sueño en la distancia,
cuando obstinado en la insistencia
grité su nombre en el viento.

Me cansé de sentir
remedos de un sentimiento,
cuando ya seco y sin aliento
demandé a mi vida y su tiempo.

Me cansé del intento
de perdurar en el tiempo
con pinceladas color de paisaje
o versos que hablen de amor.

¿Con qué color o qué pluma
se puede ahogar el clamor,
que brota, que grita y que reclama,
en la soledad que se inflama?



AMANECE LA NOCHE


Amanece la noche
paridera de sombras
alumbramiento de ocaso…
cobijo de la nostalgia.
Amanece la noche
preludio de la alborada
más refugio de angustia
que llega tan callada.
Amanece la noche
como pausa medida
y a veces restaña
del tiempo la herida.
Amanece la noche
llamando al reposo
o al encuentro sediento
del cuerpo deseoso.
Amanece la noche
escondiendo la luz
del reino del día
con sombra de cruz.
Amanece la noche
plañidera en sollozos
pide a la esperanza
que sean sólo de gozos.


AMANECER EN OTOÑO

Las hojas en tonos dorados
reflejan los tiempos ya idos,
recuerdos que son traídos
y a este presente convocados.

Amanece en otoño esta vida,
despierta todo un sol nuevo
el día trae el renuevo
que a entregarse hoy convida.


jueves, 4 de abril de 2019

ANTIGUAS HERIDAS


Una voz en la alborada
trae sones de agonía
¿será esta pena tan mía...
o la expresión de mi amada?
Sueño de un antiguo sueño...
de placeres compartidos
o ecos de los tiempos idos
que vuelven a su dueño.
No temo evocar la memoria
de los tiempos compartidos...
si estos fueron tan sentidos,
que dejaron huellas de historia.
El viento llevo esos sones
de palabras que creí perdidas
sólo quedaron las heridas
restañadas en tiempo y dones.



Alfredo Mors -
CONCEPCION 27/03/2019

AMOR DE AZAHARES


AMOR DE AZAHARES



Blancos azahares perfuman sus calles
y esa senda que tanto se aroma
mira la niña que al amor se asoma
engalanando del cerro a los valles.

Ella ofrece con toda dulzura
a su amor que con pasión espera
junto a su corazón, por vez primera
rojos labios, con mucha ternura.

ALFOMBRANDO RECUERDOS


ALFOMBRANDO RECUERDOS                                             02/11/2012

El roble sedoso entrega sus hojas
a la calle de tierra, arbolada,
nada pide a cambio, su diaria entrega
solo busca aliviar tu paso cansino
cual alfombra tendida en marrones
en remedo de otoños que me acompañan.
Trinar de jilgueros en la alta copa,
silbido de tordos, aletear de palomas,
arrullo de torcazas, silbido de garzas
anuncian del día, el final de su hora.
A lo lejos, el cerro vigila la escena,
señor de la altura, de sienes blanqueadas;
el cuenta historias en torrentes y vertientes
entre piedras de arroyos y ríos serranos.
Miro la calle tapizada de hojas y la brisa,
susurra al oído que ella viene con paso muy leve
sobre la alfombra tendida, de roble sedoso.
La hora ya es leve instancia que preludia
la noche y su sombra, la noche y su luna.
Una lámpara en ventana de balcón
revela del corazón la íntima espera;
su llama titila, acompasando el latido.
Es solo un instante de placer el encuentro,
no es presencia… tan solo evocación,
esencia, fragancia, recuerdo, ensueño…
todo vuelve… todo se precipita…
todo es cierto, en incierta memoria,
que acaricia mi mente… con dulces recuerdos.