El poema trajo el recuerdo
de una noche de otro tiempo,
en que el tiempo sin tiempo,
puso primavera en el acuerdo.
No contaban las edades
ni diferencias de condición,
no fue cuestión de la razón,
la que renovó mocedades.
El aroma de los jazmines
inundó aquel día el lecho,
la pasión desbordó sin techo
refugiados en los confines.
La luna filtraba tenue rayo
a través de aquellos cristales
los instantes no eran tales
aquellos días de tu mayo.
El tiempo tiene su propio
ritmo de sueños y esperanzas,
el cuerpo padece mudanzas
semejantes al caleidoscopio.
Tiempo de tiempo sin tiempo
tiempo de esperanza y recuerdo
esbozo de nuevo acuerdo:
arenas que llevó el viento.