Hoy pediste que no escribiera
en versos de triste desdicha,
y que fuera sólo de dicha
la prosa que te describiera.
Hoy pediste al verso que cante
con suave cadencia melodiosa,
y cual si fuera perfume de rosa
arome hasta el aire distante.
Hoy pediste a la suave brisa
que mueva delicada la pluma,
así disipe pronto la bruma
de una existencia con prisa.
Hoy pediste que sólo alegría
inspirara la letra que te nombra,
quitando al fin toda sombra
para volar en alas de armonía.